miércoles, 4 de noviembre de 2009

MUROS DE LA INFAMIA


El 9 de noviembre de este mes se cumplen 20 años de un hecho extraordinario que modificó la historia de la humanidad: La Caída del Muro de Berlín. Se celebra un hecho que nos llena de optimismo a todos los humanos.

Ni el más animado de aquella época de Perestroika y Glasnot, hubiese imaginado que la caída del muro se daría en la forma que se dio; rápida y contundente. Ningún optimista se imaginó que la fuerza de un pueblo y el deseo sublime del espíritu humano encarnado en ellos, lograra tan magna obra. Por ello, este hecho es un símbolo de optimismo y una especie de patente de corzo para los soñadores del presente.

Toda las causas, motivaciones, atrocidades, y por ende todas las consecuencias que el muro de Berlín arrastra son fruto del comunismo. El comunismo fue el que diseñó y construyó esta obra infame y degradante. El comunismo fue el que también había cegado antes la primavera de Praga. Fue este sistema de gobierno, el que oscureció el espíritu de los pueblos de la Europa Oriental.

Pero resulta que en nuestra sociedad “libre” posmoderna, la cual derrotó al comunismo y erradicó de la sociedad humana sus medidas oprobiosas y arcaicas; esa sociedad, ha retomado y reciclado tal medida, convirtiéndola en conveniente e incluso proponiéndola como solución “inteligente” para varios problemas actuales ínterfronterizos.

Es así como el capitalismo y la democracia occidental, han construido un muro entre Israel y Palestina y otro entre Estados Unidos y México. Ambas murallas, cumpliendo la misma finalidad del muro de Berlín: separar, dividir, aislar, proteger. Los valores que consideramos en su momento como arcaicos, antidemocráticos, ignominiosos y retardatarios, hoy son practicables y viables en nuestra sociedad posmoderna. El sistema que hizo derrumbar el muro del comunismo y su obsolescencia, construyó dos replicas, a su imagen y semejanza, una la hizo en la sede de la democracia y la libertad del capitalismo, en USA y otra la hizo en el icono del antitotalitarismo musulmán: Israel.

Supuestamente las dos naciones representantes de la libertad, de la democracia y del capitalismo construyeron obras de sentido y espíritu comunista, obras de exclusión de división y restricción.

Esperamos pues, los optimistas del presente, que esa contradicción por si misma haga caer esos nuevos muros de la infamia, contrarios al espíritu humano y al sentimiento de libertad y de fraternidad que nos debe inundar a todos los que convivimos en este planeta llamado Tierra.

Esperamos también, los optimistas de la Gran Colombia, que la locura de lideres tropicales no permita nunca construir una replica del muro entre países hermanos como Colombia y Venezuela. Colombia y Venezuela hermanos siameses, separados solo en sus cabezas, en las cabezas de sus lideres envidiosos y oportunistas, deseosos de enriquecerse y satisfacer los intereses depredadores de sus áulicos y encomenderos; pero unidas en sus entrañas, unidas en su inmenso corazón y en la barriga famélica de sus pueblos hambrientos; no pueden permitir que sus lideres de turno, bajo nombres diferentes y causas divisorias reinventadas, construyan un muro divisorio entre ellas, construyan una infamia separatista que les impida caminar con decisión y voluntad hacia el desarrollo del ser humano cósmico, de ascendencia indígena, negra y blanca.

Atte,

JCAL